ESPERANZA EN TIEMPOS DE ANGUSTIA

¡Ánimo!, no tengan miedo; soy yo. Mateo 14:27.

Un grupo de hombres suben a una barca que repente es sacudida por las olas del mar; en medio de una noche incierta enfrentan el miedo, luego de experimentar el milagro; ahora, experimentan el miedo. El miedo es un sentimiento natural ante la incertidumbre, es una reacción de desagrado, es la respuesta que manifestamos cuando el panorama se torna desconocido, es una sensación de peligro ante una amenaza real o ilusoria; provoca cierto nivel de desconfianza y nos impulsa a creer que algo peor puede suceder en cualquier momento.  El miedo nos altera a tal punto de provocar angustia y activa o prepara a nuestro organismo para una respuesta inmediata.  El miedo bloquea nuestros pensamientos y en muchas ocasiones hasta nuestras acciones. El escenario que enfrentaos hoy en día activa nuestros sentimientos, el miedo está presente en mayor o menor grado.  ¿Ha sentido miedo en los últimos días? ¿Alguien de su familia lo ha experimentado? ¿En su comunidad? ¿En su Junta? Durante los últimos días se puede percibir que estamos rodeados de miedo. Temor, espanto, pavor, pánico, timidez, horror, alarma susto, sobresalto, desconfianza, turbación, sorpresa, son algunos sinónimos de esta palabra. Lo contrario al miedo es valor, tranquilidad, quietud, reposo, sosiego, paz, calma, serenidad. Pero cabe preguntarnos: ¿cuál es la diferencia entre los que enfrentan miedo y los que tiene tranquilidad? La respuesta tiene que ver con la forma de enfrentar la situación, la reacción sobre la acción.  Alguien dijo que la vida es el 10% de lo que sucede y el 90% de cómo reaccionamos ante lo que sucede.  Nuestras reacciones son determinantes, una reacción es un proceso instintivo; y el instinto muchas veces, sobrepasa nuestra razón. Para vencer el miedo hay que recobrar la confianza; la confianza tiene que ver con la esperanza y la esperanza surge cuando consideramos algo como alcanzable, esa esperanza tiene que ver con la fe.  A mayor miedo, menos fe; a mayor fe menos miedo.  Jesús, el gran “Yo Soy” está con nosotros, y el viene nuevamente a nuestra barca en medio de esta tormenta que estamos viviendo, y nos recuerda: ¡Ánimo!, no tengan miedo; soy yo.

Nelson Medardo Ayala
Junta Anual Amigos de El Salvador
Abril de 2020